sábado, 17 de enero de 2015

El drama de las mujeres secuestradas por ISIS.

El último informe de Amnistía Internacional sobre la situación de las mujeres yezidíes secuestradas por el Estado Islámico, pone de manifiesto las prácticas de tortura, violación y otras formas de violencia sexual que sufren estas mujeres y niñas.

Las mujeres que lograron escapar de este infierno ofrecieron una horrible visión de la vida que enfrentan estas mujeres, que han sido casadas a la fuerza, “vendidas” en mercados de esclavas sexuales o regaladas a los combatientes del EI o a sus partidarios. También son víctimas de conversión forzada al Islam, bajo amenaza de muerte.

La mayoría de las cautivas son niñas de entre 14 y 15 años, a menudo incluso más jóvenes. Los militantes del EI utilizan la violación como arma en sus ataques, dichas acciones son consideradas crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad.
Estas mujeres y niñas están entre las miles de Yezidíes de la región de Sinjar en el noroeste de Irak que fueron víctimas de una operación de limpieza étnica y religiosa que se inició en agosto. 

 Es tal el horror y el trauma que soportan estas mujeres y niñas que a menudo se ven abocadas a poner fin a sus vidas. Jilan, una joven de 19 años, se suicidó duante su cautiverio en Mosul, declaró su hermano a Amnistía Internacional.

Según los testimonios de mujeres que lograron escapar, la mayoría de los hombres que las compran y venden son iraquíes y sirios, muchos de ellos combatientes del EI y otros simpatizantes del grupo.
Muchas supervivientes yezidíes están afectadas por partida doble, ya que también hacen frente a la pérdida de decenas de familiares que o bien permanecen en cautiverio, o han sido asesinados por el EI.

Randa, una joven de 16 años vecina de una aldea cerca del Monte Sinjar, fue secuestrada junto con decenas de miembros de su familia, incluyendo a su madre que se encontraba embarazada del último trimestre. Randa fue regalada a un hombre que le doblaba la edad y que la violó. Ella describe el impacto de su terrible experiencia declarando que es muy doloroso lo que le hicieron a ella y a su familia, el Estado Islámico ha arruinado sus vidas.

El trauma de las supervivientes de la violencia sexual se agrava aún más por el estigma que rodea a la violación. Las supervivientes sienten que su “honor“ y el de sus familias se ha visto empañado y temen, como resultado de ello,  que su posición en la sociedad se verá disminuida para siempre. Muchas supervivientes víctimas de la violencia sexual todavía no han recibido el apoyo ni la ayuda psicológica que necesitan.

Donatella Rovera, Asesora responsable de la Crisis para el Oriente Medio de Amnistía Internacional realiza un llamamiento urgente al Gobierno Regional de Kurdistán, la ONU y a otras organizaciones humanitarias para que intensifiquen sus esfuerzos en proveer apoyo médico y psicológico especializado en traumas a las mujeres y niñas víctimas de la violencia sexual.


 Fuente Hawar News

Traducido por Newrozeke

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